La mayoría de las especies de arañas son especies benéficas pertenecientes a la clase aranchnida.

En nuestro país existen solamente dos especies de arañas venenosas capaces de provocar lesiones: Araña del trigo o viuda negra (Latrodectus mactans) y la araña de los rincones o araña de rincón (Laxosceles laeta). Estas especies de arañas pican como reacción defensiva al ser molestadas o aplastadas inadvertidamente, inyectando un potente veneno a través de piezas especializadas llamadas queliceros.

La zona afectada por la picadura de la araña de rincón sufre un rápido proceso de inflamación, para luego necrosarse, provocando incluso la muerte de la persona.

El control de arañas, extinción, eliminación de arañas, se logra con:
Destrucción mecánica de huevos, telas y de los adultos. En términos de control químico, se recomienda el uso de insecticidas residuales en lugares oscuros y húmedos en los que habitan las arañas.
Los insecticidas deben ser asperjados en todo sitio de refugio de las arañas, especialmente sobre sus telas, las que no deberán ser removidas antes de transcurridos algunos días.